La policía antiterrorista de Perú ha logrado identificar plenamente al mando militar de la banda Sendero Luminoso en el convulsionado Valle de los ríos Apurímac y Ene, conocido como el VRAE, bajo el nombre de Orlando Alejandro Borda Casafranca, de 42 años, informó el domingo un diario de Lima.
Los agentes de inteligencia del Frente Policial en el VRAE y la policía antiterrorista de la región Ayacucho, a la que pertenece esa zona, han establecido que el ``camarada Alipio'' es Borda Casafranca, nacido en el distrito de San José de Secce, donde hubo una emboscada de Sendero este año con cinco fallecidos, tres de ellos policías.
El diario La República reveló que las primeras informaciones sobre la identidad del mando militar del jefe de Sendero en el VRAE, Víctor Quispe Palomino, la dieron subversivos que desertaron de ese grupo este año y declararon ante las autoridades policiales.
La policía ubicó a los padres y hermanos de Borda Casafranca, quien habría desaparecido de su casa a los 16 años después de ser llevado a trabajar a la selva por unos conocidos.
``Mi hijo desapareció cuando tenía 16 años. No sé si está vivo o muerto. Desde que se fue a la selva nunca más volvió'', declaró Julia Casafranca, madre del presunto subversivo, al periódico de Lima.
``Yo lo crié con amor, para que sea un hombre de bien y no para que sea terrorista. Si la policía dice que Alipio es mi hijo, yo le pediría de rodillas que abandone a los terroristas. El no sabe cuánto sufro aquí sola'', agregó la mujer entre sollozos.
Declaraciones de ex compañeros de escuela de Borda Casafranca, recogidos por el diario, refieren que lo han visto desde hace algunos años integrando una columna senderista que se desplaza por las rutas que usan los narcos para sacar cocaína de la zona selvática de Ayacucho.
La policía tomó muestras del ADN de sus familiares para cotejarlo con los restos de los subversivos caídos en enfrentamientos en los últimos meses y con los que fallezcan en el futuro.
Las acciones de Sendero Luminoso, grupo responsable de la mitad de los 69,000 muertos por la violencia terrorista entre 1990 y el 2000, se han concentrado en los últimos años en la zona del VRAE por una aparente alianza con las mafias del narcotráfico y desde ahí han atacado en varias oportunidades a la policía y al Ejército peruanos.
By EFE – LIMA – El Nuevo Heraldo.
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