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Fue difícil, hubo trabas, algunos optaron por mantener la defensa corporativa a pesar de que sabían que con ello se callaban crímenes de lesa humanidad, pero al final se hizo. Por primera vez, el Colegio de Periodistas pidió perdón a familiares de las víctimas de la dictadura por aquellos medios y colegiados que mintieron para servir al régimen opresor, disfrazando asesinatos con falsos enfrentamientos con fuerzas de seguridad.
Su presidente nacional Luis Conejeros, lo hizo en la persona de Roberto D’orival e Isabel Gallardo, el primero representando a los familiares de los 119 desaparecidos en la Operación Colombo, y la segunda a nombre de las familias de seis asesinados por la DINA, ambos sucesos ocurridos en 1975 y disfrazados como falsos enfrentamientos en Argentina y Chile.
El Tribunal de Etica Metropolitano del Colegio inició hace unos años sendas investigaciones, y emitió sus fallos en 2006 y 2007 sancionando a ocho periodistas y exculpando a tres, aunque dos de ellos por fallecimiento.
Sin embargo, al interior del propio Colegio hubo quienes en su momento se opusieron a que estos fallos se publicaran por la prensa, como en los mejores tiempos del dictador Augusto Pinochet cuando se manipulaba la información y se intervenía directamente en las redacciones. O se asesinaba periodistas como José Carrasco.
La presidenta del Tribunal de Etica Nacional, Juanita Rojas, y el presidente de esta instancia a nivel metropolitano, Alfredo Taborga, también se sumaron a las excusas públicas y reconocieron el trabajo incansable de los familiares de las víctimas para buscar no sólo justicia y sanción en los tribunales ordinarios, sino también en la instancia que rige a los periodistas. Porque las investigaciones sumarias se iniciaron por petición de las familias.
El vocero de gobierno, Francisco Vidal, saludó la actitud del Colegio, aunque destacó que se hizo treinta y tres años después de ocurridos los crímenes en cuestión.
El caso de Rinconada de Maipú fue revelado públicamente por La Nación Domingo el 15 de junio de 2003, cuando el proceso judicial ya se encontraba en curso.
Los sancionados
Los sancionados con suspensión temporal de la colegiatura y censura pública por el Tribunal de Etica metropolitano (ratificado por la instancia nacional) en el caso Rinconada de Maipú fueron: Claudio Sánchez (entonces en canal 13), Julio López Blanco, Roberto Araya (único expulsado del Colegio), Vicente Pérez Zurita y Manfredo Mayol, todos de canal 7 en 1975.
Por su culpabilidad en la difusión de falsas informaciones en la Operación Colombo fueron sentenciados con suspensión de colegiatura y censura pública a los ex directores de medios Fernando Díaz Palma (Las Últimas Noticias) y Alberto Guerrero Espinoza (La Tercera), y a la periodista de El Mercurio Beatriz Undurraga Gómez.
Fueron declarados inimputables por fallecimiento en este último caso los directores de El Mercurio, René Silva Espejo, y del vespertino La Segunda, Mario Carneyro. La solicitud de sanción de los familiares también se formuló en contra de la periodista de El Mercurio Mercedes Garrido Garrido, pero el tribunal no pudo probar su culpabilidad y la absolvió.
En la investigación Julio López admitió que al canal 7 llegaban agentes de la DINA a pautear a los editores y periodistas, y que estos entregaban incluso los libretos listos de las mentiras que había que difundir. Además, conducían a los reporteros y camarógrafos a los lugares donde había que filmar supuestos enfrentamientos para ocultar crímenes, como lo sucedido en Rinconada de Maipú.
Después, en 1987 Julio López fue contratado por el jefe del cuartel Borgoña de la CNI, Alvaro Corbalán, como “subdirector” de la revista A Fondo, publicación creada para la difusión del movimiento Avanzada Nacional, frustrado intento de Corbalán para convertirse en líder político.
La última cena
Pero el ex director de La Tercera, Alberto Guerrero, andaba también en otros pasos doce años después de Colombo y Rinconada. Horas antes de que la dictadura asesinara a doce militantes del FPMR entre los días 15 y 16 de junio de 1987 en la llamada Operación Albania, Guerrero asistía como uno de los 22 invitados a una cena de gala ofrecida el sábado 13 en su casa por el mayor Alvaro Corbalán.
“Alvarito” velaba sus armas junto a sus más amigos.
La asistencia de Guerrero quedó registrada en la hoja de la guardia de la CNI que Corbalán mantenía al ingreso, documento adjuntado al expediente (a fojas 5163) del proceso abierto por esta masacre.
El ingreso de los comensales quedó registrado de la siguiente manera:
“A esta hora (la hora aparece borrada) ingresan los siguientes invitados: Patricio Vildósola y señora, Carlos Portales y señora, Sergio Miranda y señora, Carlos Cruz Coke y señora, señorita Dennis, Benjamín Matte y señora, Miguel Ananías y señora, Guido Poli y señora, Alberto Guerrero y señora, René Sotomayor y señora, Juan Carlos R. y señora, Manfredo Mayol y Willy Bascuñán”.
Por Jorge Escalante
Fue difícil, hubo trabas, algunos optaron por mantener la defensa corporativa a pesar de que sabían que con ello se callaban crímenes de lesa humanidad, pero al final se hizo. Por primera vez, el Colegio de Periodistas pidió perdón a familiares de las víctimas de la dictadura por aquellos medios y colegiados que mintieron para servir al régimen opresor, disfrazando asesinatos con falsos enfrentamientos con fuerzas de seguridad.
Su presidente nacional Luis Conejeros, lo hizo en la persona de Roberto D’orival e Isabel Gallardo, el primero representando a los familiares de los 119 desaparecidos en la Operación Colombo, y la segunda a nombre de las familias de seis asesinados por la DINA, ambos sucesos ocurridos en 1975 y disfrazados como falsos enfrentamientos en Argentina y Chile.
El Tribunal de Etica Metropolitano del Colegio inició hace unos años sendas investigaciones, y emitió sus fallos en 2006 y 2007 sancionando a ocho periodistas y exculpando a tres, aunque dos de ellos por fallecimiento.
Sin embargo, al interior del propio Colegio hubo quienes en su momento se opusieron a que estos fallos se publicaran por la prensa, como en los mejores tiempos del dictador Augusto Pinochet cuando se manipulaba la información y se intervenía directamente en las redacciones. O se asesinaba periodistas como José Carrasco.
La presidenta del Tribunal de Etica Nacional, Juanita Rojas, y el presidente de esta instancia a nivel metropolitano, Alfredo Taborga, también se sumaron a las excusas públicas y reconocieron el trabajo incansable de los familiares de las víctimas para buscar no sólo justicia y sanción en los tribunales ordinarios, sino también en la instancia que rige a los periodistas. Porque las investigaciones sumarias se iniciaron por petición de las familias.
El vocero de gobierno, Francisco Vidal, saludó la actitud del Colegio, aunque destacó que se hizo treinta y tres años después de ocurridos los crímenes en cuestión.
El caso de Rinconada de Maipú fue revelado públicamente por La Nación Domingo el 15 de junio de 2003, cuando el proceso judicial ya se encontraba en curso.
Los sancionados
Los sancionados con suspensión temporal de la colegiatura y censura pública por el Tribunal de Etica metropolitano (ratificado por la instancia nacional) en el caso Rinconada de Maipú fueron: Claudio Sánchez (entonces en canal 13), Julio López Blanco, Roberto Araya (único expulsado del Colegio), Vicente Pérez Zurita y Manfredo Mayol, todos de canal 7 en 1975.
Por su culpabilidad en la difusión de falsas informaciones en la Operación Colombo fueron sentenciados con suspensión de colegiatura y censura pública a los ex directores de medios Fernando Díaz Palma (Las Últimas Noticias) y Alberto Guerrero Espinoza (La Tercera), y a la periodista de El Mercurio Beatriz Undurraga Gómez.
Fueron declarados inimputables por fallecimiento en este último caso los directores de El Mercurio, René Silva Espejo, y del vespertino La Segunda, Mario Carneyro. La solicitud de sanción de los familiares también se formuló en contra de la periodista de El Mercurio Mercedes Garrido Garrido, pero el tribunal no pudo probar su culpabilidad y la absolvió.
En la investigación Julio López admitió que al canal 7 llegaban agentes de la DINA a pautear a los editores y periodistas, y que estos entregaban incluso los libretos listos de las mentiras que había que difundir. Además, conducían a los reporteros y camarógrafos a los lugares donde había que filmar supuestos enfrentamientos para ocultar crímenes, como lo sucedido en Rinconada de Maipú.
Después, en 1987 Julio López fue contratado por el jefe del cuartel Borgoña de la CNI, Alvaro Corbalán, como “subdirector” de la revista A Fondo, publicación creada para la difusión del movimiento Avanzada Nacional, frustrado intento de Corbalán para convertirse en líder político.
La última cena
Pero el ex director de La Tercera, Alberto Guerrero, andaba también en otros pasos doce años después de Colombo y Rinconada. Horas antes de que la dictadura asesinara a doce militantes del FPMR entre los días 15 y 16 de junio de 1987 en la llamada Operación Albania, Guerrero asistía como uno de los 22 invitados a una cena de gala ofrecida el sábado 13 en su casa por el mayor Alvaro Corbalán.
“Alvarito” velaba sus armas junto a sus más amigos.
La asistencia de Guerrero quedó registrada en la hoja de la guardia de la CNI que Corbalán mantenía al ingreso, documento adjuntado al expediente (a fojas 5163) del proceso abierto por esta masacre.
El ingreso de los comensales quedó registrado de la siguiente manera:
“A esta hora (la hora aparece borrada) ingresan los siguientes invitados: Patricio Vildósola y señora, Carlos Portales y señora, Sergio Miranda y señora, Carlos Cruz Coke y señora, señorita Dennis, Benjamín Matte y señora, Miguel Ananías y señora, Guido Poli y señora, Alberto Guerrero y señora, René Sotomayor y señora, Juan Carlos R. y señora, Manfredo Mayol y Willy Bascuñán”.
Por Jorge Escalante
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