El rol protagónico de Karen Doggenweiler en la contienda presidencial motivó la discusión: ¿deben los rostros de TV involucrarse en proselitismo político? Felipe Camiroaga no descarta incorporarse, en los últimos 100 metros, a la campaña del candidato oficialista. "Un animador es un comunicador social y tiene todo el derecho a opinar", dice.
Felipe Camiroaga (43) todavía no resuelve cuál será su participación en la campaña presidencial de Eduardo Frei, no obstante, parece estar muy involucrado en los avatares de esta contienda electoral. Lo primero que comenta cuando se instala en el moderno y silencioso living de su departamento de El Golf es que acaba de enterarse por televisión de que Sebastián Piñera tendrá que declarar por el caso del Banco de Talca. No da, sin embargo, mayores señales de efusividad ante la noticia, en coherencia con la discreción con que se ha manejado históricamente frente a temas políticos. Aunque en estos últimos días ha dejado de lado este bajo perfil para tomar un rol bastante más visible como adherente a la candidatura del senador DC. En medio de múltiples solicitudes del comando oficialista, él evalúa cómo se sumará a la campaña de Frei para hacer más efectiva su presencia a un mes de la elección presidencial.
-Tras la encuesta CEP de esta semana, el candidato de La Concertación parece enfrentar un escenario más complicado. ¿Esto puede apurar su incorporación a la campaña?
-No comparto el tono de la pregunta. Tras la encuesta CEP se despeja toda duda de quiénes pasarán a segunda vuelta: Frei y Piñera. Recién ahí se reordenara todo, porque los votos de ME-O y de Arrate mayoritariamente irán a Frei. La verdadera noticia es, entonces, que Frei y Piñera irán a segunda vuelta. Estoy seguro de que si la derecha tuviera dos postulantes, Piñera no tendría hoy la mayoría. Esto se va a desenredar en la segunda vuelta, a favor de Frei.
-Y si ME-O fuese el que pasara a segunda vuelta ¿estaría dispuesto a apoyarlo?
-Dicho lo anterior, no veo necesario responder esta pregunta.
-¿Qué rol tendrá en la campaña de Eduardo Frei? Se ha especulado que estará presente en la franja política.
-Creo que hay distintas formas de apoyar a un candidato. Al dar esta entrevista y contar las razones de mi apoyo a Frei, también estoy aportando a su candidatura. Si en algún minuto existe una invitación a participar de una forma interesante en la campaña , lo evaluaré.
-¿Se ve como uno de los rostros emblemáticos para la segunda vuelta?
-Hay gente que está mucho más capacitada y que tiene más méritos que yo.
-Pero usted tiene mucha llegada entre los indecisos, ese grupo al que se asocia al público femenino del matinal.
-(Se ríe) Eso es entrar de lleno en política. Mientras tanto me siento cómodo dando una entrevista como ésta para dar a conocer lo que pienso.
-¿Ha hecho Frei una buena campaña?
-Costó alinear a la Concertación en algún minuto. Se produjeron muchas situaciones incómodas de dimes y diretes. No quiero hablar de errores, pero sí hubo algunas descoordinaciones. Las vocerías estaban difusas. Hoy, sin embargo, la veo bien. Entiendo que viene una franja súper bien hecha, con gente que entiende del tema. Me quedo con la evolución del entorno de Frei y no con la involución del entorno de otros candidatos.
-¿Por qué no está con Marco Enríquez-Ominami?
-Valoro la valentía y la sorpresa que ha dado Marco Enríquez. Es interesante lo que ha pasado en ese escenario. Es una voz de la que nadie puede hacer oídos sordos. Ni la Concertación ni la derecha. Hay que reconocer que nadie creía en ese proyecto y hoy es una alternativa que existe.
-¿Le parece consistente su propuesta?
-No quisiera transformarme en un opinólogo, pero como fenómeno es interesante.
-¿Representa el cambio y recoge el descontento que existe frente a la Concertación?
-No. La derecha habló mucho de una Concertación desgastada, pero resulta que el gobierno tiene 56% de aprobación y nadie habría apostado por el 80% de apoyo que hoy registra la presidenta. Se ha hablado mucho acerca del cambio que viene, pero yo siento que el país ya cambió. Estamos en frente de un Chile totalmente distinto en el plano electoral. Los porcentajes de Piñera no son tan altos en relación a como marca la derecha históricamente. Por eso creo que en la segunda vuelta se reordenará el escenario político.
-De Sebastián Piñera usted dijo que destacaba su carácter emprendedor. ¿Sigue pensando lo mismo?.
-Lo pude haber dicho en un minuto, pero no es un análisis muy profundo de lo que es el candidato Piñera.
-¿Es una figura por la que usted siente respeto?
-Insisto: no quisiera hablar de otros candidatos.
-¿A qué figura de derecha usted respeta?
-Joaquín Lavín es uno de ellos, aunque él cayó en los efectos del marketing.
-¿Cómo ve la opción de Jorge Arrate?
-Creo que está mucho más cerca de Frei que de otros candidatos. Me parece una persona honesta e inteligente. De los cuatro candidatos, creo que es el más entretenido e interesante de escuchar. Respecto a lo que plantea, son cosas que cuesta mucho llevar a la práctica. Con qué Parlamento, por ejemplo, podría llegar a gobernar Jorge Arrate. ¿Se podrían llevar a cabo las ideas que él tiene? En este país, lo más probable es que no.
El cambio de switch de los rostros
-¿Ha pensado en el costo que tendrá para usted, como figura de TVN, si Piñera gana la elección?
-No estoy apostando por el ganador. Si así fuera, hago el ejercicio fácil y leo las encuestas... me parece muy cobarde esa postura. En el país donde hoy vivimos uno puede decir lo que piensa políticamente sin miedo a perder la pega, o a que te cierren la puerta los amigos. Es un Chile totalmente distinto. No hay que tener miedo, pues con criterio uno puede decir las cosas que siente. Antes sucedían cosas horribles, pero ahora no. La pregunta podría ser al revés: ¿Qué espero de Frei si triunfa en la elección? Muchos dicen que la gente de televisión trabaja en las campañas porque quieren ser agregados culturales no sé dónde. Yo no espero absolutamente nada. Creo que al país le haría excelente otro gobierno de la Concertación para que siga consolidando lo que ya tenemos, que es bueno, pero también perfectible. No quiero que una señora que vive en una población y no tiene nada que darle a su hijo diga: "Mira, Camiroaga piensa que todo es maravilloso".
-¿Alguna vez sintió miedo de echarse encima a la mitad del público si decía lo que pensaba?
-Como era un pajarito nuevo, pudo ser así al inicio de la democracia. Entonces, el país estaba más dividido. Pero ahora la gente es más tolerante. Nadie se golpea en las calles. Yo tengo muchos amigos de derecha y, de verdad, hoy no es tema.
-¿Por qué respalda abiertamente a un presidenciable que no está primero en las encuestas?
-Porque apoyo al candidato en el que creo y porque debo ser consecuente con lo que pienso. Di una entrevista a revista Caras que salió en la portada, donde dije: "Soy bacheletista", en un momento en que la presidenta marcaba poco más de 30% en las encuestas. Es decir, no soy alguien que se suma al personaje de éxito.
-¿Qué lo impulsó a romper la discreción política típica de las figuras de televisión?
-Cuesta romper los paradigmas que ha tenido el medio en que me desenvuelvo, donde los animadores tenemos que ser transversales y neutros en algunos temas. Me provoca mucha sorpresa cuando nos hablan de ser líderes de opinión, pero resulta que los líderes de opinión no podemos hablar más que puras leseras y no acerca de los temas profundos que interesan al país. No es que me haya rebelado, pero siento que uno tiene que hacer un cambio de switch.
-¿Por qué?
-Porque un animador es un comunicador social y tiene todo el derecho a opinar. Por ejemplo, el domingo pasado estuvo Iván Zamorano en Animal Nocturno y se declaró una persona de izquierda y habló de su abuelo que era un dirigente comunista. Me parece superválido.
"Me provoca mucha sorpresa cuando nos hablan de ser líderes de opinión, pero resulta que los líderes de opinión no podemos hablar más que puras leseras y no acerca de los temas profundos que interesan al país. No es que me haya rebelado, pero siento que uno tiene que hacer un cambio de switch".-Al interior de TVN hay quienes creen que un conductor de televisión debe mantener reserva acerca de sus preferencias políticas por el lugar privilegiado que tiene frente a la audiencia.
-No corresponde usar la pantalla de TVN para decir alguna cosa política, a no ser que uno esté en calidad de invitado a un programa. Pero no quiero hablar sólo de ser un rostro televisivo, sino de una persona pública que tiene una responsabilidad y posibilidad de aportar una opinión que, justa o injustamente, será más escuchada que la de otras personas.
-¿Ha tenido problemas con los avisadores o con el canal debido a su mayor protagonismo político?
-Nooo. Si llegara a haberlos, quiere decir que el país no ha aprendido nada. TVN no me ha tocado el tema. Me siento libre de decir lo que quiera con respeto y criterio.
El liderazgo de Bachelet
-¿Con qué liderazgo de los presidentes que ha tenido la Concertación se siente más identificado?
-Los cuatro han hecho aportes distintos y significativos. Sin embargo, creo que a la presidenta Bachelet la caracteriza algo que los otros tres ex mandatarios no han tenido. Aparte de sus importantes logros, es una mujer muy carismática y cálida. Además, tiene ese pasado épico que la convierte en una figura política importante y carga con el sello de ser la primera mujer presidenta en Chile.
-¿Qué opina sobre los casos de corrupción que se han descubierto en los gobiernos de la Concertación?
-Donde haya un grupo de seres humanos reunidos habrá ese tipo de problemas. En otras coaliciones, para no mencionar a ninguna, pasan cosas similares. Tenemos el caso de un diputado que ha sido formalizado en las últimas horas por algo parecido.
-Se refiere a Maximiano Errázuriz...
-(...) No quiero decir que no sean graves las cosas que han pasado, pero Chile, en general, no es un país corrupto. Sí creo que han habido algunos casos aislados que son supergraves. Que a uno se le meta un zorro a un gallinero es complicado
-Más de uno..
-Sí, más de uno. En lo que ha sido débil la Concertación es en términos de decir "èstos son los culpables".
-¿Qué es lo que más destaca en estos últimos 20 años de gobierno concertacionista?
-Éste es un país completamente distinto al que se recibió en 1989. Hoy, por ejemplo, la pobreza es diferente en Chile. El candidato que promete terminar con ella está mintiendo, porque es un problema que no se ha podido solucionar ni siquiera en los países más desarrollados. Además, cuando tú hablas de Chile afuera, hoy día me toca ir mucho a España por un tema familiar, te das cuenta de que éste es un país admirado, adonde la gente quiere venir a invertir y eso, humildemente, es trabajo de la Concertación.
-Pero también es uno de los países donde existen mayores desigualdades sociales.
-No quiero irme contra la derecha, pero, ¿quièn será más responsable de eso?.
Decepción de Pinochet
-¿Cómo ha sido su relación con la política a lo largo de su vida?
-Mi familia paterna, con la que me crié, es de derecha. No era una familia política ni militante, pero sí de un pensamiento más bien pro Pinochet. Cuando más compartí con ellos fue en dictadura, porque en esa época vivíamos en la misma casa. Entonces había una visión muy sesgada de lo que pasaba en el país y era muy difícil tener otra opinión al respecto porque los medios de comunicación estaban manipulados.
- ¿Simpatizó entonces con el régimen militar?
-La verdad es que la carga familiar es muy fuerte. Uno viene con una formación y muchas veces lo que ellos dicen es lo que a uno le corresponde pensar. Hasta que llega un momento de autonomía en que uno entiende que hay otros caminos y que todo está lleno de matices. Después no solamente me hice autónomo con mis ideas políticas, sino también con mis convicciones religiosas.
-¿Cómo fue distanciándose de la visión con la que había crecido en su familia?
-Recuerdo una anécdota. Cuando tenía 10 años vivía en España y cierto día, mientras mis hermanos y yo hacíamos dedo para ir a una piscina, nos paró un caballero. En medio de la conversación nos preguntó de dónde éramos . Cuando le respondimos que veníamos de Chile, paró su auto y nos obligó a bajarnos. De ahí para adelante sólo dijimos que éramos de Sudamérica, porque la imagen que tenían de nuestro país en España, que había vivido muchos años de dictadura, era muy mala. Fue muy chocante para nosotros leer "Muera Pinochet" en una calle de Madrid. Ahora bien, la primera vez que me interesó lo que estaba pasando en el país fue cuando comencé a trabajar: coincidió con el final de la dictadura y el inicio de la democracia.
"No estoy apostando por el ganador. Si así fuera, hago el ejercicio fácil y leo las encuestas... me parece muy cobarde esa postura. En el país donde hoy vivimos uno puede decir lo que piensa políticamente sin miedo a perder la pega, o a que te cierren la puerta los amigos. Es un Chile totalmente distinto".-¿Fue un proceso difícil en términos personales abrirse a otra realidad?
-Fue complejo, porque tenía muchos amigos de derecha y gente muy fanática de Pinochet. También tuve una discusión muy fuerte con mi papá.
-¿Qué factores influyeron en su cambio de opinión respecto al gobierno de Pinochet?
-Empecé a leer algunas cosas. Me acuerdo que (la periodista) Patricia Verdugo publicó Los Zarpazos del Puma. Lo leí en ese entonces... pero claro, también pertenezco a la generación que estaba dividida entre upelientos y momios. No había términos medios y las discusiones derivaban en combos y con la familia dividida.
-¿Fue determinante para usted conocer lo ocurrido en materia de derechos humanos?
- Sí. Con la llegada de la democracia, el país empieza a abrirse y se conocen muchas cosas. Aparece el informe Rettig, por ejemplo. Sobre las cuentas del Riggs... Nadie, aunque fuera muy bienintencionado, podría pensar que las mansiones y propiedades que tenía Pinochet se podían explicar con el sueldo de un ex comandante en jefe o de un ex presidente.
-¿Cómo asume que su candidato, Eduardo Frei, ayudara a traer a Pinochet de Londres y nunca recibiera a las agrupaciones de derechos humanos en La Moneda mientras fue presidente?
-Uno de los mayores logros que ha tenido la Concertación es el rol que cumplió en la transición a la democracia. Fue un proceso pausado e inteligente, donde se tuvo que aceptar muchas cosas para no provocar a un hombre que estaba en la Comandancia en Jefe. Tras la decisión de Frei de traer de Londres a Pinochet estuvo alineada toda la Concertación y eso me parece correcto. No sé si él recibió o no a la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, pero los sucesivos gobiernos han buscado la justicia hasta el final. Si tú revisas las cárceles de Punta Peuco o del Penal Cordillera, te encontrarás con que hay muchos militares que están pagando por los atropellos a los derechos humanos.
Por: Claudia Farfán M. - Revista Que Pasa?
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