BIBLIA, libro mío, libro en cualquier tiempo y en cualquier hora, bueno y amigo para el corazón, fuerte, poderoso compañero. Tu desnudez asusta a los hipócritas y tu pureza es odiosa a los libertinos.

Gabriela Mistral


lunes, 3 de diciembre de 2007

La Integridad y la Biblia


El tema de este artículo es el concepto de la integridad, una calidad del carácter de la que hablamos a menudo pero que no vemos tan frecuentemente en la vida de los funcionarios públicos o aun en la vida de las personas con las que vivimos y trabajamos.
La palabra integridad viene de la misma raíz latina que entero, y sugiere la totalidad de la persona. Así como hablaríamos de un número entero, también podemos hablar de una persona entera, no dividida. Una persona de integridad vive correctamente, no está dividida, ni es una persona diferente en circunstancias diferentes. Una persona de integridad es la misma persona en privado que lo que es en público.

En el Sermón del Monte, Jesús habló de los que eran "de limpio corazón" (Mateo 5:8), lo que sugiere una actitud clara de seguimiento de los mandatos de Dios. La integridad, por lo tanto, no solo implica una actitud clara, sino una pureza moral también.

La Biblia está llena de referencias a la integridad, el carácter y la pureza moral. Considere solo unas pocas referencias del Antiguo Testamentos a la integridad. En 1 Reyes 9:4, Dios instruye a Salomón que ande "en integridad de corazón y en equidad", como hizo su padre. David dice, en 1 Crónicas 29:17: "Yo sé, Dios mío, que tú escudriñas los corazones, y que la rectitud te agrada". Y en Salmos 78:70-72 leemos que David "los apacentó conforme a la integridad de su corazón, los pastoreó con la pericia de sus manos".

El libro de Proverbios tiene muchos versículos que hablan de la integridad. Proverbios 10:9 dice que: "El que camina en integridad anda confiado; mas el que pervierte sus caminos será quebrantado". Una persona de integridad tendrá una buena reputación y no tendrá temor de ser expuesta o descubierta. La integridad brinda un camino seguro a través de la vida.

Proverbios 11:3 dice: "La integridad de los rectos los encaminará; pero destruirá a los pecadores la perversidad de ellos". Proverbios es un libro de sabiduría. El hombre o la mujer sabios vivirán una vida de integridad, que es parte de la sabiduría. Quienes siguen la corrupción o la mentira serán destruidos por las decisiones y acciones de su vida.

Todos estos versículos sugieren un sentido de deber y un reconocimiento de que debemos tener un nivel de discernimiento de la voluntad de Dios en nuestra vida. Eso ciertamente requerirá que las personas de integridad sean estudiantes de la Palabra, y que busquen diligentemente aplicar la Palabra de Dios a su vida. El libro de Santiago nos exhorta a ser "hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándonos a nosotros mismos" (Santiago 1:22). Esa es mi meta en este artículo, al hablar de la integridad.

Corrupción
Al examinar la integridad, quisiera hablar de su opuesto: la corrupción. Decimos ser una nación que exige integridad, pero ¿realmente lo hacemos? Decimos que queremos que los políticos sean honestos, pero en realidad no esperamos que lo sean, tal vez porque a menudo no somos nosotros tan honestos como deberíamos serlo. Decimos que somos una nación de leyes, pero a menudo quebrantamos esas mismas leyes -como el límite de velocidad o cruzando la calle imprudentemente- y tratamos de justificar nuestras acciones.
Podemos encontrar una ilustración poderosa en el libro The Day America Told the Truth (El día que Estados Unidos dijo la verdad) , de James Patterson y Peter Kim. Usando una técnica de encuesta que garantizaba la privacidad y el anonimato de los encuestados, pudieron documentar lo que los estadounidenses realmente creen y hacen. Los resultados fueron asombrosos.

Primero, encontraron que no existía ninguna autoridad moral en Estados Unidos. "Los estadounidenses están haciendo sus propios códigos morales. Solo el 13 por ciento de nosotros creemos en la totalidad de los Diez Mandamientos. Cuarenta por ciento de nosotros creemos en cinco de los Diez Mandamientos. Escogemos en qué leyes de Dios creemos. No hay absolutamente ningún consenso moral en este país, como existía en la década de 1950, cuando todas nuestras instituciones infundían más respeto".

Segundo, encontraron que los estadounidenses no son honestos. "La mentira ha llegado a ser una parte integral de la cultura estadounidense, un rasgo de la personalidad estadounidense. Mentimos, y ni pensamos en ello. Mentimos sin ningún motivo". Los autores estiman que el 91 por ciento de nosotros mentimos regularmente.

Tercero, el matrimonio y la familia ya no son instituciones sagradas. "Si bien seguimos casándonos, hemos perdido confianza en la institución del matrimonio. Una tercera parte de los hombres y mujeres casados nos confesaron que han tenido al menos una aventura. El treinta por ciento ni siquiera están seguros de que aún aman a su cónyuge".

Cuarto, encontraron que la "ética protestante [de trabajo] ha desaparecido hace mucho tiempo del lugar de trabajo del estadounidense de hoy. Los trabajadores de todo Estados Unidos admiten francamente que pasan más del 20 por ciento (7 horas a la semana) de su tiempo en el trabajo holgazaneando completamente. Eso representa una semana de cuatro días a lo largo de la nación".

Los autores finalizan sugiriendo que tengamos un nuevo conjunto de mandamientos para Estados Unidos:

No veo el motivo de guardar el día de reposo (77 por ciento).
Robaré de quienes en realidad no lo echarán de menos (74 por ciento).
Mentiré cuando me convenga, siempre que no cause ningún daño verdadero (64 por ciento).
Engañaré a mi cónyuge; después de todo, dada la oportunidad, él o ella hará lo mismo (53 por ciento).
Aplazaré las cosas en el trabajo y haré absolutamente nada un día completo de cada cinco (50 por ciento).
Tal vez digamos que somos una nación que desea la integridad, pero aparentemente la mayoría de nosotros carece de ella en nuestra propia vida personal.

Los rasgos de la integridad
Honestidad
Ahora quisiera que nos centremos en cuatro rasgos clave que se encuentran en una persona de integridad. Uno de esos rasgos es la honestidad.

Hablamos de algunos de los hallazgos del libro The Day America Told the Truth. Los autores encontraron que casi todos en Estados Unidos mienten, y lo hacen de forma bastante habitual. Decir la verdad aparentemente ya no es una virtud que la gente trata de adoptar para su vida. Tal vez digamos que queremos que la gente diga la verdad, pero no lo hacemos nosotros mismos.

Ese es el problema con la corrupción: es corrosivo. Creemos que podemos ser solo un poco deshonestos. Decimos que queremos que la gente sea honesta, pero después hacemos trampa con nuestros impuestos. Decimos que queremos que la gente obedezca las leyes, pero luego excedemos "apenas" el límite de velocidad. Queremos ser lo suficientemente honestos como para calmar nuestra conciencia.

Es un poco como la historia del hombre que mandó una carta a la Oficina de la Renta de EE.UU. (Internal Revenue Service). Dijo: "Hice trampa con mi impuesto sobre la renta, y me sentía tan mal que no podía dormir. Adjunto un cheque por $150. Si sigo sin poder dormir, les enviaré el resto de lo que les debo".

Muchos de nosotros podemos sentirnos identificados con ese hombre. Queremos ser honestos, pero a veces nos resulta más fácil ser deshonestos. Así que intentamos buscar una forma de transigir en nuestros valores para que un poco de mentira no perturbe nuestra conciencia.

Confiabilidad
Otra característica de una persona de integridad es la confiabilidad. Una persona de integridad es irreprochable. Permanece fiel a principios, sin importar las consecuencias. Una persona de integridad se da cuenta de que hay absolutos morales aun en un mundo de valores relativos.

En la novela de Tom Clancy, Clear and Present Danger, Jack Ryan es prácticamente el único personaje noble del libro. Cuando comienza a descubrir el complot clandestino del gobierno, se ve confrontado por el antagonista, que se burla de los principios de Ryan. Dice: "Eres un niño explorador, Jack. ¿No te das cuenta? Es todo gris. Es todo gris".

Me pregunto cuántas personas de integridad escuchan una afirmación similar en salas de conferencia corporativas o en los salones del gobierno. Es todo gris. No hay valores absolutamente correctos o incorrectos. Todo es relativo.

Una persona de integridad sabe que no todo es gris. Hay principios a los que vale la pena mantenerse fiel y promover. Hay valores que deben regir nuestra vida. Tenemos una responsabilidad de seguir la ley de Dios antes que a la multitud.

Cuando el libro de Proverbios habla de la "integridad de los rectos", sugiere que tenemos que acatar la voluntad de Dios y las leyes de Dios. Tenemos el deber de obedecer los mandamientos absolutos de Dios en nuestra vida y convertirnos en hombres y mujeres de integridad.

Vida "privada"
Hay un libro popular en el mercado llamado Who You Are When Nobody's Looking (Quién eres cuando nadie mira) . ¿Quién es usted cuando nadie mira? ¿Veré la misma persona que veo cuando está en un grupo de personas? ¿Hace usted lo correcto, no importa las circunstancias?

Había una historia en un periódico años atrás sobre un hombre de Long Beach que fue a comprar un pollo para él y la mujer que lo acompañaba a una tienda de KFC (Kentucky Fried Chicken). Ella esperó en el coche mientras él fue a recoger el pollo. Sin darse cuenta, el gerente de la tienda entregó al hombre la caja en la que había puesto las ganancias del día, en vez de la caja con el pollo. Es que iba a hacer un depósito y lo había camuflado poniendo el dinero en una caja de pollo frito.

El hombre tomó su caja, volvió al coche, y los dos se fueron. Cuando llegaron al parque y abrieron la caja, encontraron que tenían una caja llena de dinero. Ahora bien, este era un momento muy vulnerable para una persona común. Sin embargo, al darse cuenta del error, volvió al coche y se dirigió al lugar y devolvió el dinero al gerente. Bueno, ¡el gerente estaba alborozado! Estaba tan complacido que dijo al joven: "Quédate por aquí. Quiero llamar al periódico para que te saquen la foto. Eres el tipo más honesto del pueblo".

"Oh no, ¡no haga eso!", dijo el sujeto.

"¿Por qué no?, preguntó el gerente.

"Bueno", dijo, "sabe, estoy casado, y la mujer con la que estoy no es mi esposa".

Aparentemente, no había considerado las consecuencias de sus acciones. Aun cuando estaba haciendo algo correcto, resultó que también estaba haciendo algo incorrecto. Una persona de integridad es integrada y auténtica. No hay ninguna duplicidad de actitudes y acciones.

Cuando el apóstol Pablo hace una lista de las calificaciones para un anciano de una iglesia, dice que "Es necesario que tenga buen testimonio de los de afuera, para que no caiga en descrédito y en lazo del diablo" (1 Timoteo 3:7). Esto no es solo una cualidad deseable para los ancianos de la iglesia, sino una cualidad a la que todos debemos aspirar. Los cristianos deben ser irreprochables en su testimonio público ante el mundo que los observa.

En la siguiente sección hablaremos más acerca de la importancia de un testimonio público de integridad y concluiremos nuestro estudio.

Testimonio público
Quisiera concluir nuestra discusión tratando la importancia de la integridad en nuestra vida diaria.
Se ha dicho que nosotros tal vez seamos la única Biblia que la gente lea alguna vez. En otras palabras, la gente que nos rodea a menudo juzga la confiabilidad del cristianismo por su efecto en nuestra vida. Si nos ven como hipócritas, tal vez no avancen más en su investigación del evangelio.

Cada día nos codeamos con personas que nos observan. Su vida les demostrará si el cristianismo es verdadero o falso. Ellas hacen juicios de valor sobre usted a través de sus actitudes y acciones. ¿Hemos hecho la elección correcta?

Luego de sus mensajes dominicales, el pastor de una iglesia de Londres subió a un trolebús el lunes a la mañana para volver a su estudio en el centro. Pagó su boleto y el conductor del trolebús le dio demasiado cambio. El pastor se sentó y jugó con el cambio, lo miró varias veces, lo contó ocho, diez veces. Y entonces vino la racionalización: "Es maravilloso cómo Dios provee". Se dio cuenta de que estaba ajustado esa semana, y esto era precisamente lo que necesitaría para cubrir los gastos, al menos para lo básico. Luchó consigo mismo durante todo el largo recorrido de ese trolebús hasta llegar a su oficina. Finalmente llegó a la parada, se paró, ya que no podía soportarse. Caminó hacia el conductor y le dijo: "Mire, me dio demasiado cambio. Se equivocó". El conductor le dijo: "No, no fue ningún error. Lo que pasa es que estuve en su iglesia anoche, cuando habló de la honestidad, y pensé que lo pondría a prueba".
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Afortunadamente, el pastor pasó la prueba. ¿Pasa usted la prueba cuando los no creyentes lo miran a usted o miran su vida y se preguntan si el evangelio es verdadero? Es una pregunta condenatoria. Cuando vivimos vidas de integridad, surgen oportunidades para el evangelismo y el ministerio. Cuando no lo hacemos, esas oportunidades se secan.

Lo he estado alentando a desarrollar una vida de integridad. En algunos aspectos, es un proceso de toda la vida. Pero tenemos que comenzar en alguna parte. Nuestras vidas son las colecciones de elecciones que hemos hecho en el pasado, tanto buenas como malas. Tal vez conozca la poesía:

Siembra un pensamiento, cosecha una acción.
Siembra una acción, cosecha un hábito.
Siembra un hábito, cosecha un carácter.
Siembra un carácter, cosecha un destino.

Quisiera alentarlo a comenzar a centrarse en los versículos y principios bíblicos bosquejados aquí. Si usted quiere ser una persona de integridad, no ocurrirá de la noche a la mañana. Pero si no hace un plan deliberado para ser una persona de integridad, jamás ocurrirá.
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Por Kerby Anderson.

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