.
El nivel de ingreso de las personas y de los hogares, da cuenta de su calidad de vida con relación a los vínculos con el sistema productivo y a la capacidad de captar ingresos suficientes para acceder a un conjunto de bienes y servicios que permitan cubrir las necesidades mínimas requeridas por las personas.
El nivel remunerativo es una dimensión fuertemente ligada a las estrategias de satisfacción de necesidades que llevan adelante las familias para enfrentar el problema de existir, fin que en muchos casos no pasa el nivel de sobrevivencia. El nivel remunerativo, permite evaluar la distribución del ingreso per capita familiar y nos puede acerca a interpretar parte de la nueva pobreza “que se esconde detrás de las puertas". No obstante ello, en este informe lo enfocaremos desde el punto de vista de la perdida adquisitiva de los ingresos percibidos, en un contexto inflacionario, tal cómo hoy se esta produciendo en Chile.
Aunque el salario mínimo real (SMR) ha mostrado importantes avances en los últimos años y se ubica como uno de los mejores en América Latina, ello no significa que permite una calidad de vida digna ni tampoco refleja la existencia de un trabajo decente. Además, su aumento se debe a “una política de revalorización del salario mínimo real emprendida a partir de la recuperación de la democracia, la que resultó exitosa porque ocurrió en un contexto de alto y sostenido crecimiento económico, particularmente en la década de los noventa, aunque en la década siguiente este crecimiento económico se vio disminuido.
La evolución del salario mínimo real SMR, en los últimos años de la década ha sido positivo teniendo un incremento promedio anual de 6,5% entre 2000 y 2008. Su valor en dólares también ha mejorado sustancialmente. En el período el salario mínimo SM pasó de US$ 175,1 a US$ 305,9. Sin embargo, la media del salario mínimo en el mundo es de 395 dólares mensuales o trece dólares diarios, con lo que Chile se encuentra en el 50% de los países que tienen salarios mínimos por debajo de esta cifra
Por lo cual, en adelante plantearemos la necesidad de considerar en lo reajuste, la pérdida real y concreta del poder adquisitivo de las remuneraciones recibidas por aquellos trabajadores afecto al salario mínimo.
Tal medida se argumenta por el sólo hecho de que un porcentaje importante de estos trabajadores se encuentra cuantificado en el primer quintil de ingreso, vale decir, pertenece al 20% de la población más pobre de la sociedad.
Por tanto, considerando que las reajustabilidades se determinan, en base a la perdida del poder adquisitivo del dinero, mediante el Índice de Precio al Consumidor IPC (indicador estimado por el Instituto Nacional de Estadística INE).
El instrumento base utilizado para la estimación del Índice de Precios al Consumidor IPC es la Encuesta de Presupuesto Familiar EPF, la que tiene como propósito final, conocer las modificaciones en la estructura del gasto de los hogares del país, lo cual es un insumo fundamental en la actualización de las ponderaciones de los bienes y servicios que componen la canasta del IPC.
El ámbito geográfico considerado para la aplicación de la V Encuesta de Presupuesto Familiar que tiene cómo base los datos aplicados al actual IPC, se sitúan en el Gran Santiago (incluyendo la Provincia de Santiago, más Puente Alto y San Bernardo).
Algunos datos relevante que levanta esta EPF son los de: Gasto mensual del hogar, Gasto per cápita del hogar, Estructura del gasto por grupo de productos, Distribución del gasto, Grupos quintiles, Ingresos del hogar, Ingreso per cápita entre otros.
Considerando lo anterior y por los distintos datos que levanta esta EPF se hace posible el calculo del Índice de Precios al Consumidor en términos desagregados, en este caso por quintiles de ingreso. Con lo cual, obtendríamos un instrumento que represente de mejor manera las distintas estructuras sociales existente en el país.
El análisis de los distintos ponderadores por quintiles reflejan esa brecha importante que existe. Estos son presentados en cuadro adjunto más abajo, en este se presentan los ponderadores usados para la estimación del Índice General cómo por quintiles.
Sólo si consideramos el primer grupo de la canasta Alimentos, tenemos que éste explica prácticamente un tercio el índice general de IPC en cambio par el primer quintil este grupo alcanza a explicar el cincuenta por ciento de dicho indicador, la regresividad de este en las ponderaciones se hace evidente. Asimismo, de los ocho grupos que conforman la canasta, en siete de ellos nos encontramos bajo el promedio o restringido en su participación.
Por otro lado, el número de productos incluido en la estimación de este indicador alcanza a 483 bienes y servicios para el caso del índice general, en tanto que, para el caso del primer quintil los productos que se estiman alcanzan a 376. Vale decir, que el primer quintil sólo accede al 78% del total de productos considerados para la estimación del indicador y ello por la restricción en sus ingresos, para el caso de los quintiles superiores tal restricción presupuestaria, no sucede.
En cuanto a los ingresos por hogar percibidos por cada uno de los quintiles considerados, se pueden observar, en la EPF que el primer quintil cuenta con un ingreso aproximado de 194 mil pesos mensuales, en tanto que el quinto quintil alcanza a 1,9 millones mensuales, vale decir, corresponde a 9,7 veces el ingreso del primer quintil de hogares.
Asimismo, podemos exponer la evolución de estos indicadores por quintiles de ingresos de los hogares. Más adelante se presentan las variaciones del IPC a julio de cada año. Lo primero que resalta, como demanda para así mejorar las estimaciones, radica en la importancia de que el Banco Central de Chile sincere a la brevedad las proyecciones reales de inflación, que la estima en un 3%.
Tal cómo se observa en cuadro adjunto, cada vez que la inflación se arranca del rango meta del Banco Central BC la carga impositiva de este indicador se traslada. Vale decir que cuando la inflación se encuentra por encima del rango meta establecido por el BC la carga impositiva de este indicador la asumen los quintiles de menores ingresos.
Asimismo, podemos estimar mediante este cuadro la pérdida alcanzada por el quintil de menores ingresos en relación al índice general, esta se estima para el período de los dos últimos años de 1,2%. De igual modo, la pérdida anualizada desde el 2005 en adelante se estima en 0,4; 0,1; 0,7 y 4 por ciento. Por tanto, sólo para este último año, la pérdida del poder adquisitivo, para este quintil bajo análisis es de 4 puntos porcentuales.
Finalmente, al considerar las incidencias que se presentan a continuación, podemos observar que en los últimos cuatro año (julio de cada año) el grupo de Alimentación explica para el caso del primer quintil en promedio el 49,8% del total de la inflación respecto el 35, 6% que explica la inflación del índice general
En conclusión mediante ésta aplicación se observa claramente una pérdida del poder adquisitivo de los grupos más desposeídos de la sociedad, que evidentemente transitan al borde del abismo de la pobreza, ello a pesar de estar insertos en mercado laboral formal.
Por cuanto se hace plenamente necesario de establecer los reajuste mediante la aplicación de este índice en términos desagregado por quintiles de ingreso. Ello a pesar, de que este instrumento no es del todo representativo, dado que se encuentra circunscrito a un área geográfica determinada y es aplicado a todo el país.
Si bien es cierto, que el control inflacionario es una tarea extremadamente difícil, se debe de tratar al máximo disminuir los efectos negativos de esta, dado que recae más fuertemente en las clases más desprotegida del país.
Finalmente y, considerando del nivel de inserción global que muestra nuestro país, en que los instrumentos cada vez se hacen más obsoletos, es conveniente avanzar en esta dirección de la protección de estos grupos de compatriotas, que cada día se esfuerzan por llevar una vida honrada y de esfuerzo.
Asimismo, hay que hacer notar que la situación descrita anteriormente, prontamente será abordada en parte importante por el Instituto Nacional de Estadística INE, ya que la VI Encuesta de Presupuesto Familiar (VI EPF) ha contemplado la integración de todas las cabeceras regionales, con lo cual este indicador se estimara de forma más real y así considerando las distintas realidades presente en nuestro país.
Pedro Paiva es Coordinador Área Estudios e Investigación. FIEL – CUT. Colaborador de Crónica Digital.
.
Crónica Digital
.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario