BIBLIA, libro mío, libro en cualquier tiempo y en cualquier hora, bueno y amigo para el corazón, fuerte, poderoso compañero. Tu desnudez asusta a los hipócritas y tu pureza es odiosa a los libertinos.

Gabriela Mistral


martes, 23 de febrero de 2010

BRASIL: Lula lanza su candidata y abre la campaña presidencial en Brasil.

Dilma es como una candidata sacada del bolsillo de Lula, sin ninguna consulta al PT, como admitió el ministro de Justicia, Tarso Genro, considerado uno de los ideólogos del partido cuando el partido todavía pensaba en tener ideología (hoy, es nada más que una tribu de adoradores de Lula).

...Dilma es una típica chica de clase media de los sesenta, seducida por el sueño de la Revolución Cubana y por el ejemplo de Ché Guevara. Pagó caro eso, fue presa y torturada. Después construyó paso a paso con gran dedicación su carrera de gestora pública. Le falta el don de la política, lo que compensa con una rígida disciplina. Como suele ocurrir, es muy difícil prever las reacciones de las creaciones cuando adquieren vida propia".

El IV Congreso de PT (el Partido de Lula) ocupó varias páginas de los periódicos en los últimos días. No es que hubiese grandes novedades. Incluso se puede olvidar todo lo dicho allí. No sirvió para saber que le pasará al país en el caso de que el partido gane las próximas elecciones presidenciales en octubre. ¿Por qué? Las propuestas del PT no son tomadas en serio por Lula, el patrono de la candidatura Dilma y el hombre que determinará los rumbos de la campaña, diga lo que diga el partido.

Al cumplir 30 años, el partido aprobó el apoyo integral al programa de Derechos Humanos, el impuesto sobre grandes fortunas, mayor tolerancia para las invasiones de MST (Movimiento de los campesinos Sin Tierra), la jornada de 40 horas de trabajo semanales y el fin del monopolio de los medios de comunicación, cultura y entretenimiento. Dilma no se manifestó sobre nada de eso.

Ella trata de garantizar el apoyo de banqueros y grandes empresarios y se comprometió con los pequeños y también con los grandes productores rurales (enemigos de las bases de PT). ¿La justificación? Según el propio presidente Lula, en entrevista al diario O Estado de S. Paulo, el Congreso es una feria de productos ideológicos, en la que las personas compran y venden lo que quieren y no hay ningún crimen o error en el hecho de un partido tener un programa más progresista que el gobierno. Según Lula, el partido, muchas veces, defiende principios y cosas que el gobierno no puede defender.

Dilma es como una candidata sacada del bolsillo de Lula, sin ninguna consulta al PT, como admitió el ministro de Justicia, Tarso Genro, considerado uno de los ideólogos del partido cuando el partido todavía pensaba en tener ideología (hoy, es nada más que una tribu de adoradores de Lula).

En 2007, al ver que todos los grandes nombres de su partido que podrían sucederlo habían estado involucrados en escándalos, Lula decidió crear un sucesor. Y con muchísimo tiempo de antelación. Siguió un muy bien estructurado plan de entrenamiento de su creatura. La encargó la gestión de los grandes programas de su gobierno y compartía con ella todos los palanques con la intención de contaminarla con su alta popularidad.

El presidente siempre destaca sus características que encajan a perfección al momento: es mujer, buena gestora, dinámica, tiene una biografia limpia y un pasado de lucha contra la dictadura. Transforma sus defectos en virtudes. No es autoritaria, es firme. ¿No tiene experiencia en elecciones? Mejor, está libre de los vicios habituales en los políticos.

Y no es sólo eso. Dilma cuenta con un comité de campaña de primera linea (informal, claro, pues solo será candidata oficialmente en junio cuando se realiza la convención del partido). Están entre sus estrategas: Franklin Martins (ministro de comunicación), Antonio Palocci (ex ministro de economia), Gilberto Carvalho (el más intimo colaborador de Lula) y Fernando Pimentel (importante dirigente del PT, compañero de colegio de Dilma). Y no son sólo ellos. El hombre de marketing político João Santana, el mismo que se encargó de la campaña de reelección de Lula en 2006, integra el equipo.

Su imagen está siempre vinculada a la del presidente. Pero, pese a todo el entrenamiento se notan las enormes diferencias. Lula hizo un discurso de improviso y emocional, como lo suele hacer, llevando los militantes a las lágrimas. Luego Dilma leyó el suyo y parecía tensa. Pero cumplió su tarea de forma estudiada y racional, marcando la diferencia con su tutor. Diferencias que no aparecen solo en el estilo de cada uno. Lula es un anti-heróe. Un presidente improbable. Inmigrante del nordeste del país, pobre, sin formación académica, pero un político nato.

Dilma, por su parte, es una típica chica de clase media de los sesenta, seducida por el sueño de la Revolución Cubana y por el ejemplo de Ché Guevara. Pagó caro eso, fue presa y torturada. Después construyó paso a paso con gran dedicación su carrera de gestora pública. Le falta el don de la política, lo que compensa con una rígida disciplina.

Como suele ocurrir, es muy difícil prever las reacciones de las creaciones cuando adquieren vida propia. Si Dilma llega a la presidencia, lo que está más cercano a cada encuesta realizada, ¿qué va pasar? ¿va a seguir los pasos de su inventor, lo que dicta su partido, lo que ella misma dice, o lo que le imponen las circunstancias? Como se hace en el gobierno lo que es posible, hay que ver lo que sus alianzas políticas le imponen y por cuales caminos le llevará su propia personalidad.

Por Clovis y Claudia Rossi – Información y Análisis América Latina.
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