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Gabriela Mistral


lunes, 22 de febrero de 2010

CHILE: Libro derriba más de 80 mitos sobre la salud.

Hay que esperar una hora después de comer para tirarse a la piscina. Por la cabeza se escapa la mayoría del calor. Nunca despierte a un sonámbulo. El gran número de personas que cree en estas afirmaciones fue lo que llevó a dos pediatras estadounidenses a escribir el libro "Don't swallow your gum" ("No te tragues tu chicle"), un tratado sobre mitos, medias verdades y rotundas mentiras sobre el cuerpo y la salud, donde se revela la verdad de más de 80 creencias comunes.

Claro que la tarea no fue sencilla. "Es difícil que la gente entienda que las creencias sobre su cuerpo no son ciertas. Escuchamos algunos de estos mitos de la boca de personas en las que confiamos, como nuestros padres o médicos, y por eso creemos fuertemente en ellos", dice Rachel C. Vreeman, una de las autoras, en conversación con "El Mercurio".

¿Cómo partieron investigando este tema? "Comenzamos con mitos que conocíamos o escuchábamos. Pero cuando empezamos a discutirlos en las presentaciones, la gente comenzó a mandarnos información o a hacernos preguntas por otros mitos. La verdad, no nos tomó mucho tiempo formar una lista tan larga", explica el doctor Aaron E. Carroll, el otro autor del libro.

Los anticonceptivos no funcionan bien si se mezclan con antibióticos

"Una revisión de la Academia Americana de Médicos de Familia concluyó que no existen pruebas que demuestren que los antibióticos comunes reducen la eficacia de las pastillas. Otro estudio evaluó a 356 pacientes. Una parte de ellas tomó anticonceptivos por un período prolongado; la otra, los tomó junto con antibióticos. Según se vio, no hubo diferencia entre el número de mujeres que quedó embarazada. Sólo se ha comprobado que un antibiótico altera los niveles de hormona de las píldoras. Se trata de la rifampicina, que se usa para tratar la tuberculosis. La mayoría nunca lo tomará", explica Carroll.

Después de comer, espere una hora antes de nadar

El riesgo de acalambrarse al meterse al agua después de comer se considera cuestionable desde 1961. "Nadie se ha ahogado por haber nadado después de comer. Sin embargo, si no se siente cómodo haciendo ejercicio después de almorzar, es mejor aplicar el sentido común y nadar sólo hasta donde sepa que puede volver con facilidad al sentirse cansado", dice Vreeman.

El chicle que se traga queda siete años en el estómago

"El cuerpo humano no digiere el chicle, pero es muy bueno desechando los elementos que no puede digerir. Por eso la goma de mascar no se queda pegada en las paredes del intestino, sólo pasa a través de él", aclara la doctora Vreeman.

Hay que mantener despierto a alguien que sufre un golpe fuerte en la cabeza

"La razón por la que se creía que se necesitaba mantener despierta a una persona luego de un golpe era para saber si tenía una hemorragia interna en la cabeza. Pero la verdad es que estar despierto no previene el sangrado y sólo le permite al resto saber que está bien", señala Carroll.

Tiene cinco segundos para recoger un alimento del suelo sin que se contamine

"Las bacterias se transfieren casi de manera inmediata y van a llegar a su alimento antes de cinco segundos", afirma Rachel Vreeman.

Comer de noche engorda

"No hay diferencia de a qué hora se coma. Lo importante es la cantidad de calorías de lo ingerido", advierte Vreeman.

Es más probable que nazca un varón si la relación sexual se produce en la mitad del ciclo

"No hay estudios que relacionen el momento de concepción con el sexo de la guagua", dice la doctora Vreeman.

No despierte a un sonámbulo

"Algunas personas creen que si se despierta a un sonámbulo éste puede sufrir un ataque al corazón. Pero eso no es verdad. De hecho, hay que despertarlo si está por realizar acciones en las que pueda lastimarse", señala el doctor Aaron Carroll.

Es más fácil resfriarse en un clima frío y húmedo

"Los resfríos son causados por un virus, no porque haga frío", dice Carroll. Estudios muestran que quienes están expuestos a climas húmedos o fríos no tienen más riesgo de resfriarse que el resto. Pero como el frío hace que la gente se resguarde en espacios cerrados, puede ser más fácil que se contagien con los gérmenes de otros.

La mayor parte del calor corporal se escapa por la cabeza

"Este mito aparentemente comenzó por un antiguo estudio militar en el cual los científicos pusieron, en el Ártico, a sujetos en trajes de supervivencia, pero sin gorro, y luego midieron cómo perdían el calor corporal. Es cierto que perdieron la mayoría del calor por sus cabezas, pero sólo porque era la única parte del cuerpo descubierta. No hay nada que relacione la cabeza con la pérdida de calor. Cualquier parte del cuerpo que no esté cubierta pierde calor y bajará la temperatura corporal de manera proporcional", dice Aaron Carroll.

POR AMALIA TORRES - Tendencias Emol.
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