El presidente salvadoreño, Antonio Saca, cree que el histórico cambio de gobierno en su país es prueba de la reconciliación nacional y cree que su sucesor, Mauricio Funes, mantendrá al país lejos de la izquierda populista latinoamericana.
"Veinte años desgastan a un partido, porque son veinte años de darle a la gente muchas cosas buenas, pero también de aplicar medidas duras, especialmente las económicas", afirmó Saca en una entrevista con Efe en Jerusalén, donde cerró una visita privada de cuatro días que incluyó algunos encuentros oficiales.
De 44 años y ex periodista, Saca concluirá su legislatura en la primera alternancia de poder en El Salvador desde la guerra civil (1980-1992), y el 1 de junio entregara la banda presidencial a Funes, del Frente Farabundo Marti para la Liberación Nacional (FMLN). "Así es la democracia", dice Saca, "uno debe saber cambiar el cassette de las actividades que le tocan, y el cassette de mi partido, es un cassette que va a la oposición".
El régimen presidencialista salvadoreño no contempla la reelección pero Saca no duda en asumir la responsabilidad que le corresponde por la interrupción de veinte años de gobierno arenista después de su gestión.
"Yo les digo: 'échenme' la culpa a mi", afirma, antes de matizar que el fracaso electoral de ARENA, por una diferencia de "sólo 60.000 votos", se debió a la "tormenta perfecta", en alusión a la situación de crisis económica en el momento de las elecciones, que tiene un fuerte impacto en la ciudadanía.
Una situación en la que "la gente paga 5,15 dólares el galón de gasolina", en la que "hay problemas económicos", en la que "se reducen las remesas a El Salvador porque nuestro principal socio comercial (EEUU) está en desaceleración y se reducen (allí) los empleos" entre los tres millones de emigrantes salvadoreños.
Pero más allá del "morbo de la alternancia", el cambio de gobierno de la derecha a la izquierda es para Saca un ejemplo de la madurez política en su país, del compromiso con la democracia, si bien considera que su sucesor ganó los comicios porque no tenía pasado guerrillero.
Consultado sobre si tras veinte años de gobierno derechista El Salvador puede integrarse ahora, de la mano del FMLN, en la esfera de países como Venezuela, Bolivia y Cuba, Saca responde que el éxito de Funes como presidente dependerá del "equilibrio" que mantenga con la vieja guardia del partido y de "si le doblan o no el brazo".
Fuente: Infolatam.
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