Dijo que iría vestida con falda corta de mezclilla y blusa roja, que iría sola y estaría cerca de la cafetería del segundo piso de un supermercado grande donde sus colegas, médicos cubanos como ella, probablemente no estarían. Ninguno de ellos tiene los $3 que cuesta un plato de arroz, un pedazo de carne y ensalada de papas (el menú del día), acompañado con un jugo de mango en envase de cartón.
El encuentro se fijó para las 2 p.m., y entra precisamente a esa hora, casi sin mirar las repisas llenas de productos que está loca por probar pero no puede. Está guardando dinero para escapar a Estados Unidos.
"Para mí esto simplemente es una vía de salida'', dice la mujer, una internista de 30 años que tiene miedo de hablar abiertamente de sus planes de desertar y suplica que no se use su nombre. "Estoy desesperada por salir de aquí''.
Es una médico cubana, el arma ideológica más efectiva y más ampliamente desplegada en los casi 50 años desde que Fidel Castro tomó el poder en la isla. Y en años recientes el rubro de exportación más lucrativo para la economía del país.
Aunque miles de médicos han desertado a través de los años, y otros, como la de la blusa roja, planean hacer lo mismo, quedan más de 72,000 en la isla y diseminados por todo el mundo, y muchos más estudian esa carrera.
Cuba produce médicos como ninguna otra nación del mundo; en el 2005 alardeaba de tener un médico por cada 159 personas, según cálculos oficiales. En comparación, en el 2000, Estados Unidos tenía alrededor de un médico por cada 414 ciudadanos, según las cifras más recientes en la página electrónica de la Organización Mundial de Salud (OMS).
Pero la proporción de médico por habitante ha aumentado sustancialmente en la isla debido a los que se han enviado en misiones internacionales, tarea muy codiciada por profesionales que ganan un promedio de $25 al mes en su país.
El riesgo de deserción es cada vez mayor: desde el 2006 Estados Unidos ha brindado a los médicos cubanos facilidades sin precedentes, ofreciéndoles visas en los consulados de los países donde desertan. Y Cuba aparentemente confía cada vez más en la medicina para generar ingresos.
July M. Silverstein, académica y escritora especializada en Latinoamérica, autora de Healing the Masses: Cuban Health Politics at Home and Abroad, mantiene que Cuba es el único país que "ha desarrollado médicos como artículo de exportación''.
"Castro lo consideró como un político'', dice Silverstein. ‘‘Raúl es mucho más pragmático, lo ve como un administrador con una industria enorme, y se pregunta que debe hacer, cómo usarlo?"
En los últimos cuatro meses, Cuba ha inaugurado el primero de siete centros de oftalmología que planea abrir en Argelia con personal cubano solamente; inauguró el segundo de por lo menos tres centros del mismo tipo planeados en China y se ha comprometido a equipar con médicos cubanos un hospital en Qatar, reportó el periódico español La Vanguardia.
En julio, Bohemia, la revista nacional de Cuba, reportó en su página de internet que el país ganó el año pasado unos $350 millones con la venta de medicinas en el extranjero, segundo rubro, sólo por detrás del níquel y más que exportaciones tradicionales tales como el tabaco, el ron y el azúcar.
Según Silverstein, más de 31,000 cubanos que trabajan en el sector de servicios de salud en 71 países, médicos en su mayoría, le reportaron a Cuba $2,300 millones el año pasado, más que cualquier otro sector, incluido el turismo.
Por MIRTA OJITO - Especial para The Miami Herald
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