Presidenta Bachelet se emocionó al recordar a sus compañeros caídos.
Apelando a preservar la historia para aprender de ella, la Presidenta puso ayer la primera piedra del Museo de la Memoria. Luego se trasladó a Villa Grimaldi, el centro de detención donde ella misma fue torturada junto a su madre bajo la dictadura de Pinochet.
Sobre el escritorio que perteneciera al humilde sacerdote francés André Jarlan, asesinado durante una protesta contra el régimen militar, la Presidenta Michelle Bachelet firmó un pergamino recordatorio que -con la leyenda "No podemos cambiar nuestro pasado, sólo nos queda aprender de lo vivido. Esa es nuestra oportunidad y nuestro desafío" -depositó junto a la primera piedra de lo que será el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, espacio destinado a no olvidar la experiencia dolorosa que vivieron miles de chilenos con la sistemática y masiva violación de sus derechos bajo la dictadura.
En la primera de las actividades que encabezó ayer la Mandataria, con motivo de la conmemoración de los 60 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, subrayó la necesidad de preservar la memoria para que estos hechos no vuelvan a ocurrir.
"La memoria es frágil", dijo al recordar al padre Jarlan y las circunstancias en que fue asesinado durante una protesta, el 4 de septiembre de 1984, mientras estaba en su casa de la población La Victoria.
En su discurso, Bachelet recalcó que nadie puede negar, desconocer o minimizar la tragedia vivida en Chile. "Habrá distintas interpretaciones acerca de las causas del quiebre democrático. Habrá distintas interpretaciones acerca del legado del régimen autoritario. Pero sobre el costo humano que Chile pagó, no debería haber discrepancias", señaló, destacando que "sobre la diversidad de experiencias y de memorias, hemos sido capaces como país de derribar los muros de la negación y del ocultamiento, y de alcanzar cada vez más coincidencias respecto a las lecciones que nos deja esta experiencia trágica".
Junto con afirmar que Chile debe estar siempre unido en el respeto de los DDHH, la Presidenta dijo que el país ha avanzado en este camino, aunque es necesario perseverar.
"Parte de este aprendizaje es que quien piensa distinto no es un enemigo a doblegar, sino un ser humano a respetar", señaló, agregando que el mejor homenaje a la memoria de los que sufrieron estos atropellos y de los que lucharon contra ellos, es seguir trabajando día a día para que todos los chilenos tengan garantizados sus derechos esenciales".
"Nunca más el imperio de la crueldad y el atropello de las personas. Nunca más la persecución por razones ideológicas o políticas. Nunca más la tortura. Nunca más la criminalización de ciertos aparatos del Estado y la complicidad de otros. Reafirmemos hoy nuestro compromiso con la defensa consecuente de los derechos humanos en todo tiempo y en todo lugar, sin que importen la filiación de las víctimas o de los victimarios. Creo que esta es la gran lección que debemos transmitir a nuestras generaciones", concluyó.
Posteriormente, la Jefa de Estado se trasladó hasta Villa Grimaldi, ex recinto de detención, convertido ahora en Parque por la Paz. Allí, en el lugar donde ella misma estuvo detenida y sufrió atropellos, colocó el primer clavel rojo en el memorial en homenaje a los militantes socialistas detenidos desaparecidos y ejecutados políticos.
"No olvidaré nunca a Carlos Lorca ni a los demás compañeros caídos", dijo la Jefa de Estado en un tono íntimo y conteniendo la emoción.
Por Verónica Muñoz - La Nación
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Contrastes:
Mientras Michelle Bachelet, emocionada, recordó en Villa Grimaldi a sus compañeros socialistas caídos con un sentido “nunca los olvidaré”, el postulante a sucederla en La Moneda, Sebastián Piñera, desde la cima de su edificio en Apoquindo 3000, dio a conocer ayer a los integrantes de su comisión de derechos humanos.
Piñera usó la consigna de las agrupaciones de víctimas de la dictadura, “verdad, justicia y reconciliación”, pero no dijo cómo pensaba lograr esos objetivos si llega a la Presidencia. Tampoco se pronunció sobre la Ley de Amnistía, cuya derogación pidió ayer una docena de instituciones, ni asuntos como la ratificación del Tribunal Penal Internacional, una de las 60 medidas propuestas también ayer por un conjunto de personalidades entre las que se encontraba su correligionaria Karla Rubilar, presidenta de la Comisión de DDHH de la Cámara de Diputados.
“El Gobierno militar terminó hace más de 20 años, nosotros queremos ser los constructores del futuro”, dijo. Sobre construir el futuro habló también Bachelet al poner la primera piedra del Museo de la Memoria.
“Nunca más el imperio de la crueldad y el atropello de las personas. Nunca más la persecución por razones ideológicas o políticas. Nunca más la tortura. Nunca más la criminalización de ciertos aparatos del Estado y la complicidad de otros. Reafirmemos hoy nuestro compromiso con la defensa consecuente de los derechos humanos en todo tiempo”.
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1 comentario:
¿Nunca más "la via armada al socialismo", con la ingenua e irresponsable complicidad de la DC, querras decir?
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