La nueva Constitución que Bolivia somete a referendum este domingo tiene tras de sí una larga estela de enfrentamientos, muertes y polémicas que llegaron a poner al país al borde de la guerra civil y la fragmentación en 2007 y 2008. Evo Morales impulsó el proceso constituyente desde 2006 y sólo más de dos años después está a punto de verlo aprobado.
Bolivia, plurinacional, autonómico y estatista, según la nueva Constitución
Evo Morales llegó en enero de 2006 a la presidencia de Bolivia. Tras decretar la nacionalización de los hidrocarburos en mayo de ese mismo año, se puso en marcha su siguiente objetivo: convocar una Asamblea Constituyente. Las elecciones se celebraron en junio de 2006, con una oposición dividida y debilitada, se saldaron con un gran triunfo oficialista: el MAS acaparó 137 de las 255 escaños, mayoría absoluta, pero lejos de los 2/3 que permitirían aprobar la constitución sin pactos.
El sueño de Evo bloqueado (2006)
En agosto de 2006 se reunió la Constituyente. Pero durante siete meses, la Asamblea no redactó ni una sola línea de la constitución por los conflictos internos entre el oficialismo y la oposición. La primera polémica fue con respecto al carácter originario de la Asamblea Constituyente. Evo y el MAS defendieron la idea de que la Asamblea fuera superior al resto de poderes del Estado. Esto no fue aceptado por la oposición.
Tras semanas de discusiones, el MAS utilizó su mayoría absoluta para declarar originaria a la Asamblea Constituyente y generó una fuerte oleada de protestas de la oposición, Luego, la polémica se centró en la aprobación del mecanismo para ratificar los artículos, si por mayoría absoluta, como quería el gobierno, o cualificada de 2/3 como defendía la oposición.
Disturbios y muertes (2007)
La espiral de protestas llevó a los enfrentamientos de Cochabamba en enero de 2007, que dejaron tres muertos y decenas de heridos. Esto abrió el camino para el acuerdo y a mediados de febrero se llegó a una solución de compromiso.
Por fin, el 24 de noviembre de 2007, sin la presencia de la oposición, 136 de los 255 constituyentes aprobaron "en grande" (esto es en primera instancia y sólo con la lectura del índice, no del texto en particular), la carta magna que no aceptaron los sectores contrarios al gobierno.
Esta aprobación unilateral por parte del oficialismo provocó en Sucre, donde se encontraba la Asamblea Constituyente, una oleada de protestas que se saldó con cuatro muertos y cientos de heridos. La Carta Magna del oficialismo establece la vigencia del estado plurinacional, la reelección del presidente de la República, las autonomías indígenas y el estado comunitario.
Bolivia, al borde de la ruptura (2008)
A lo largo de 2008 el proceso de ratificación en referendum de la constitución estuvo paralizado. Los comicios autonómicos de Santa Cruz, Tarija, Pando y Beni, en un primer momento y el referendum revocatorio de agosto paralizaron el tema constituyente.
Morales triunfó en ese referendum del 10 de agosto con el 67% de los votos en un referendo que lo ratifico en el cargo a él y a los prefectos de Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija. La consulta de agosto agravó la confrontación ya que Evo convocó mediante decreto a otro referendo, posiblemente a fines de enero, para aprobar su proyecto de constitución, pero la Corte Nacional Electoral dijo que la convocatoria debía ser mediante ley del Congreso. Los líderes regionales anunciaron una resistencia a la pretensión del gobierno y anunciaron que seguirían adelante con su proceso de autonomía que el gobierno rechazaba.
El pacto entre el gobierno y la oposición
Con el país al borde de la guerra civil ambas partes empezaron a negociar. Tras los disturbios de agosto y septiembre que dejaron 18 muertos, Evo Morales aceptó revisar el proyecto de nueva Constitución para facilitar un acuerdo con la oposición regional.
Al final, el pasado mes de octubre, el gobierno de Evo Morales y la oposición alcanzaron un acuerdo. El pacto contemplaba la celebración de elecciones generales en diciembre de 2009 e incluyó el compromiso de Morales de no optar a una nueva reelección en los siguientes comicios, los de 2014. El acuerdo alcanzado incluía también correcciones a la Constitución en temas como la descentralización autonómica, las reformas agraria y judicial, los recursos naturales o el modelo económico.
Iglesia y Prefectos en contra (2009)
Los prefectos opositores (Rubén Costas, de Santa Cruz; Mario Cossío, Tarija; Savina Cuéllar, Chuquisaca, y Ernesto Suárez, Beni) encabezan, junto con la Iglesia la campaña por el ''No'' a la nueva Carta Magna. Los autonomistas consideran que la nueva constitución no recoge a plenitud los estatutos autonómicos aprobados en referendos populares en los departamentos de Beni, Santa Cruz, Pando y Tarija, entre mayo y junio pasado.
La Iglesia cree que el proyecto permite la legalización del aborto y al matrimonio entre personas del mismo sexo: "La ambigüedad de los derechos llamados sexuales y reproductivos pone en peligro la integridad de la familia en su función procreativa y debilita el derecho a la misión educativa de los padres con sus hijos", destacó un comunicado de prensa de la Conferencia Episcopal Boliviana.
Fuente: Infolatam.
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