PARIS.- La brecha entre ricos y pobres se amplió en la mayoría de los países industrializados en las últimas dos décadas, según un estudio presentado hoy en París por el secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OECD), el mexicano Ángel Gurría.
"La creciente desigualdad es divisoria: polariza las sociedades, divide los países en regiones. Además, obtura la movilidad social entre generaciones, haciendo mucho más difícil que las personas talentosas y trabajadoras reciban por su labor lo que merecen", Afirmó Gurría al presentar el informe.
El estudio, titulado "¿Crecimiento desigual?", permitió determinar que el crecimiento económico sostenido de los últimos 20 años benefició más a los ricos que a los pobres en dos tercios de los 30 países miembro de la OECD.Sin embargo, hay diferencias entre ellos: la desigualdad de ingresos creció de manera notable desde 2000 en Canadá, Alemania, Noruega, Estados Unidos, Italia y Finlandia, pero decreció en México, Gran Bretaña, Grecia y Australia.
Además, en algunos países como Estados Unidos, Alemania y Noruega también se amplió la brecha entre los ricos y las clases medias.Según el estudio, la pobreza y la desigualdad van juntas, por lo que en países con gran desigualdad de ingresos también hay un importante sector con bajos ingresos.En países con altos ingresos promedio y gran diferencia entre los ingresos más altos y los más bajos, como por ejemplo Estados Unidos, los estándares de vida de los pobres pueden ser menores que en países con ingresos promedio menores, pero donde la amplitud de ingresos también es menor, como en el caso de Suecia.
Del mismo modo, los ricos de países con menores ingresos promedio pero mayor amplitud de ingresos, como Italia, pueden alcanzar estándares de vida más altos que sus pares de países con ingresos promedio más altos pero menor amplitud de ingresos (Alemania).Una razón que explica la creciente brecha de ingresos, determinó el estudio, es que los salarios de los empleados calificados y bien pagados aumentaron, mientras las tasas de desempleo crecieron entre quienes tienen menores niveles de educación."La globalización, el cambio tecnológico dependiente de la competencia y las medidas relacionadas con el mercado de trabajo son factores que pueden haber contribuido a esta evolución", sostiene el informe.
Tener un empleo ya es protección contra la pobreza. Más de la mitad de los pobres vive en hogares en los que se cuenta con un ingreso producto del trabajo, que por estar mal remunerado no resulta suficiente para superar la condición de pobre.El estudio también determinó que entre los países miembro, se registraron tasas de pobreza relativa mayores en Estados Unidos, Turquía y México, y menores en la República Checa, Dinamarca y Suecia."Las tasas de pobreza están por debajo del promedio general en todos los países nórdicos y en muchos países europeos continentales, y por encima del promedio en los países europeos mediterráneos, lo mismo que en Irlanda, Japón y Corea", sostiene el informe.
Los estadísticos y economistas definen la pobreza a partir de los ingresos medios. En general, sitúan la línea de pobreza de un país dado en el equivalente a la mitad del ingreso promedio de sus habitantes.En cuanto a los grupos etarios, los jóvenes son más propensos a ser pobres que los mayores. En los países OECD, uno de cada ocho niños vivía en la pobreza en 2005.
"En general, el riesgo de pobreza para todos los grupos etarios mayores de 50 años disminuyó, mientras creció para quienes se ubican por debajo de esa edad", sostiene el informe. "En 2005, la tasa de pobreza de niños y jóvenes adultos se ubicaba 25 por ciento por encima de la tasa promedio, mientras que 20 años atrás estaban mucho más próxima e incluso por debajo del promedio".La OECD contradice con su estudio la noción según la cual la desigualdad es un requisito o incluso una ayuda para el crecimiento económico.
De modo complementario, la movilidad social es mayor en países donde las desigualdades de ingreso son relativamente bajas, como Dinamarca y Australia.Niveles de movilidad social bajos se determinaron en Gran Bretaña, Italia y, para sorpresa de muchos, en Estados Unidos, país que tradicionalmente se ha jactado de permitir que sus ciudadanos se impulsen económicamente.
Fuente: La Segunda.
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