Este martes se elige la Cámara de Representantes y un tercio del Senado
El panorama político favorece a los candidatos demócratas, en momentos en que Estados Unidos tiene dos guerras inconclusas, afronta una crisis financiera, la popularidad del presidente George W. Bush está por los suelos y el 90% de los estadounidenses ha perdido la fe en el rumbo actual del país.
Los estadounidenses votarán este martes la totalidad de la Cámara de Representantes, un tercio del Senado y 11 gobernadores, además de otros muchos puestos locales y varias iniciativas estatales.
Si se mantienen las tendencias actuales, los demócratas consolidarán la posición alcanzada en las urnas en los comicios legislativos de 2006, cuando recuperaron el control de ambas cámaras del Congreso por primera vez en doce años.
Más notable aún es que algunos candidatos demócratas -ya sea que se presentan por primera vez o que buscan la reelección- podrían plantar bandera incluso en bastiones tradicionalmente republicanos, lo que ampliaría la batalla por cada voto en los suburbios.
Según los analistas, la candidatura del demócrata Barack Obama ha contribuido a una movilización de votantes sin precedentes y que, sin duda, ha beneficiado al Partido Demócrata.
Un estudio de American University señaló que 153,1 millones de estadounidenses están empadronados para los comicios de mañana, con lo que supera el hito del 72,1% marcado en 1964, cuando las urnas favorecieron a Lyndon B. Johnson.
Según ese estudio, el partido demócrata ha ganado unos 2,9 millones de nuevos votantes desde 2004, mientras que los republicanos han disminuido sus seguidores en 1,5 millones.
Durante un encuentro con la prensa extranjera, el analista político y profesor de American University, Alan Lichtman, explicó que las elecciones son, sobre todo, un referendo sobre el partido gobernante.
"La suerte estaba echada hace mucho tiempo (...) aquí lo que cuenta es la gestión del Gobierno actual, no tanto cómo se han llevado a cabo las campañas", observó Lichtman, autor de un libro sobre el proceso electoral.
Lichtman vaticinó que los demócratas no solo ampliarán "de forma abrumadora" su mayoría en la Cámara de Representantes, sino que lograrán cerca de los 60 escaños mínimos en el Senado, lo que les permitiría avanzar su agenda legislativa con poco o nula obstrucción republicana.
En la actualidad, los demócratas tienen 51 escaños en el Senado contra 49 de los republicanos. Los senadores republicanos de Colorado, Nuevo México y Virginia no se presentan a la reelección y, según las encuestas, esos estados podrían sumarse a la columna demócrata.
Al igual que en la contienda presidencial, la desventaja financiera de los republicanos y un ambiente hostil a la agenda conservadora hacen que peligren varios escaños republicanos en la Cámara de Representantes.
"Asistimos a una elección histórica que marcará el fin de la era conservadora, comenzada por (el republicano Ronald) Reagan en 1980. Si gana Obama, traerá consigo a un fuerte Congreso demócrata y podrá poner su impronta en las políticas públicas y en la vida nacional", vaticinó Lichtman.
Fuente: Diario Hispano Chileno
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