Una huelga de más de 3,000 trabajadores de la minera estadounidense Doe Run, iniciada este lunes, agravó el tenso clima laboral en Perú, donde centenares de campesinos mantienen paralizadas dos ciudades surandinas y bloquean un aeropuerto.
El agitado clima social se produce tras la crisis política que concluyó la semana pasada, cuando el gobierno se vio obligado a retroceder y a derogar dos leyes, resistidas por indígenas amazónicos, en protestas que duraron más de dos meses y provocaron choques que dejaron 34 muertos.
La huelga en Doe Run, declarada por tiempo indefinido y en rechazo a la suspensión de las operaciones de la minera, coincide con una paralización, igualmente indefinida, en la provincia de La Oroya, donde se asienta el complejo minero, a unos 300 km al este de Lima.
Como parte de sus protestas los mineros bloquearon la Carretera Central que une la capital con la región centroandina y la selva central de Perú, generando una gran congestión de vehículos a ambos lados de esa vía.
La huelga en Doe Run --del grupo Renco de Estados Unidos-- se suma a la protesta que cientos de campesinos mantienen desde hace doce días en la ciudad surandina de Andahuaylas, departamento de Apurímac, con las vías y el aeropuerto bloqueados para exigir al gobierno solución a demandas regionales.
También en la surandina Sicuani sus pobladores mantienen desde hace diez días una paralización, con huelgas, cierre del comercio y bloqueos de las vías de acceso, mientras que cientos de campesinos de esa ciudad llegaron el domingo a Cusco --la antigua capital del imperio inca-- en una marcha de protesta para demandar la anulación de las concesiones mineras.
El sindicato de Doe Run exige el reinicio de las actividades en el complejo metalúrgico de La Oroya, paralizadas desde hace un mes, y rechaza la decisión de la empresa de efectuar un cierre temporal de sus instalaciones por un período de tres meses, informó Roberto Guzmán, dirigente sindical.
El ministro jefe de Gabinete, Yehude Simon, afirmó este lunes que los trabajadores ''sienten que están en desventaja y pueden ser despedidos frente a la empresa que está haciendo nada para resolver el problema''. Aseguró que se darán algunas salidas para que ningún trabajador se vea afectado.
Los obreros acudían a sus centros de labores pero sólo hacían acto de presencia, debido a la parálisis de la empresa, afectada por la crisis financiera internacional y la baja de precios en los mercados internacionales.
El dirigente sindical manifestó que existe el temor de que tras la suspensión temporal en Doe Run pueda producirse un despido masivo de obreros, a la vez que exigió que la empresa solucione sus problemas financieros y reinicie sus actividades.
Doe Run en un comunicado público consideró como ''inevitable'' la suspensión de sus operaciones e informó que hace esfuerzos para lograr el financiamiento de capital de trabajo y para cumplir con el pago a proveedores mineros, como parte de la solución a sus dificultades.
De otro lado, respecto a las protestas en el sudeste del país el primer ministro Simon acusó a los sectores ''ultrarradicales'' de preparar una ''asonada'' contra la democracia.
El funcionario señaló que no se debe pensar que el Estado es débil por haber cedido a las demandas de los indígenas amazónicos y advirtió de que esos sectores radicales están identificados.
By Agence France Presse - El Nuevo Heraldo.
.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario